30 de abril de 2012

VITALISMO A DISCRECIÓN




Se me plantea una trascendental cuestión:
¿Qué edad sería adecuada para mi defunción?
Se supone que no me gusta esta vital terminación
pues hay un miedo innato a la desaparición.

Pero … si es saludable mi condición
y mi economía me permite alguna que otra satisfacción
no tengo inconveniente en una prolongación
de mi vida, con más años de experimentación
que enriquecerán mi conocimiento y percepción
de este mundo terrestre en constante transformación.

Además … siempre y cuando haya otra dimensión
este menda no tiene limitación 
ni prisa en atravesar tal rubicón;
dejemos actuar a la evolución 
que me prepara para esa transición 
y la sorpresa que me aguarda en mi nueva situación.
  
¡Viva mi persona más años con ilusión!
aprovechando cada momento y cada ocasión 
que esta vida me regala, como una bendición
y ahuyente todo pesimismo y depresión 
que socaba mi espíritu y es mi perdición.