9 de febrero de 2014

LOS ANUNCIOS EN TELEVISIÓN





Es sabido que la necesaria financiación
de nuestra inefable televisión
en nuestra carpetovetónica y singular nación
se realiza por la no siempre agradable intromisión
del anuncio en nuestra habitación
que nos suele despertar del dulce sopor
que producen los rayos hipnóticos de nuestro televisor
cuando cómodamente yacemos en nuestro sillón
situado a la adecuada distancia en nuestro salón
del indispensable aparato en cuestión
que nos acompaña en nuestro hogar
y nos produce un cierto bienestar
y nos ayuda a dormitar
sobre todo en la siesta después del cotidiano manjar
con el que nos acabamos de alimentar.

Y ¿por qué digo que el anuncio nos suele despertar?
pues porque para que se entere bien el televidente
cuando llega el consiguiente paquete anunciante
suben varios grados el volumen al instante
y el efecto en la persona es contundente
pone su organismo en actividad
y en disposición de asimilar la publicidad.

Y, a pesar de que es un procedimiento efectivo
 no siempre se consigue el pretendido objetivo:
A mí, por ejemplo, me incita a la venganza
y hago “zapping” con el mando a distancia.

Por otro lado, según el canal en emisión
la susodicha cuña de publicidad
tiene más o menos agresividad...
Lo explico a continuación:

Hay cadenas que, con educación,
avisan de la interrupción
y a veces en un acto de consideración
indican a la afición
el minutaje del paquete intruso
y uno toma nota y hace uso
de tan bienvenida información
para levantarse del butacón
y poner los músculos en acción
o aliviarse con una discreta evacuación
si calculas bien el descanso que te ha regalado
ese tu canal considerado.

Otras veces la cadena no tiene piedad
y en mitad de una, quizás, interesante emisión
lanza el paquete con celeridad
sin previo aviso de tal acción
y deja al pobre televidente
inerme, desarmado ante tamaño incidente
y con un cabreo consecuente...

Y en las cadenas de pago
se aminora el publicitario trago
pues se ve entera la emisión
de cualquier peliculón.

No obstante en los públicos canales
no hay anuncios comerciales
ya que han encontrado una solución:
Nuestros impuestos cubren su financiación.